jueves, 12 de junio de 2008

AÑO DE JESÚS MISIONERO


¡¡Jesús Misionero, Hijo del Carpintero!!

Durante el Trienio de preparación, para la Pascua del fundador de la Congregación de Misioneros Josefinos, se ha dedicado a meditar un año acerca de Jesús Misionero.
Para ello, hemos querido presentar a ustedes una parte de los puntos que dicha congregación ha planteado enfatizar en la meditación de esta Año.



Año deJesús Misionero. (2008)

Objetivos misioneros de Jesús
La forma concreta en que Jesús llevó a cabo su misión la podemos descubrir en las distintas páginas del Evangelio. La
lectura atenta de Mc 1, 16-45 nos muestra la finalidad que Jesús perseguía al anunciar la Buena Nueva el pueblo:

1. Crear una comunidad para el Reino (Mc 1, 16-20):
Jesús comienza el proceso de constituir una comunidad de seguidores y éstos comienzan su proceso vocacional. Galilea es el lugar privilegiado donde los discípulos pueden tener la experiencia de Jesús: comienzan a vivir en la inseguridad familiar y económica; les espera un trabajo desconocido y asumen un proyecto de vida donde tienen prioridad las necesidades de los demás. Son corresponsables de la causa
del Reino.

2. Hacer nacer una conciencia crítica (Mc 1, 21-22):
Lo que Jesús enseña es nuevo y lo hace con autoridad. «Todo lo contrario de los maestros de la Ley». La enseñanza de Jesús impresiona a los discípulos; descubren nuevos valores que cuestionan la religión que viven.

3. Combatir el poder del mal (Mc 1, 23-28):
Jesús no tiene autorización legal para enseñar, pero sí tiene una práctica con autoridad a favor de los sufrimientos. Su acción es eficaz y poderosa frente al mal que atenta contra la vida humana.

4. Restaurar la vida para el servicio (Mc 1, 29-34):
El que sana a la suegra de Pedro y a los enfermos con dolencias de toda clase es el Servidor de Yahvé, el que se hace siervo de todos para liberar a la humanidad de toda clase de servidumbres. Los que se han liberado de sus servidumbres pueden convertirse en servidores de los demás.

5. Permanecer unido al Padre por la oración (Mc 1, 35):
La oración es el lugar en que Jesús discierne y decide su acción, de acuerdo al proyecto de Dios y es la instancia de análisis de su práctica. La oración de Jesús no es una
oración ritual ni marginada de la vida. Como él no hace nada por cuenta propia, necesita lugares solos o desiertos para entrar en comunión con la voluntad del Padre que le envió.

6. Ampliar y profundizar la conciencia de la misión (Mc 1, 36-39):
A través del diálogo con los Doce, Jesús sabe que todos lo buscan, es decir, la propuesta que él hace ha encontrado acogida en el pueblo, la gente lo sigue. No obstante, el éxito misionero no lo adormece. Invita a Pedro y sus compañeros a ir más allá; la misión debe continuar. En otros pueblitos lo esperan y lo necesitan. El desafío misionero es recorrer Galilea predicando y echando demonios.

7. Reintegrar a los marginados a la comunidad y a la convivencia social (Mc 1, 40-45):
El leproso, en la sociedad de Jesús, estaba condenado a vivir marginado, fuera de las poblaciones, porque su enfermedad era contagiosa y una amenaza para la vida del pueblo; se le prohibía tener relación con los demás. Con la sanación del leproso, Jesús logra que el leproso salga de su marginación; se mancha las manos tocando a alguien legalmente impuro.



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